Al puro estilo “El tiempo entre costuras”: así fue la vida de Tomas Harris. Y es que mientras que en la famosa y posteriormente televisiva novela de María Dueñas la protagonista, Sira Quiroga, era una sofisticada modista que trabajaba como espía para los servicios secretos ingleses durante la Segunda Guerra Mundial, en la vida real, existió un artista e historiador del arte, medio sevillano medio inglés, que trabajó como oficial del servicio militar de espionaje británico MI5, también durante la Segunda Guerra Mundial. Este es precisamente el Tomas Harris citado al principio (Londres, 1908 – Llucmajor, 1964), un artista que, por su gran vinculación a Mallorca, protagoniza la actual exposición temporal del Casal Balaguer, centrada en su faceta como grabador, dibujante e investigador de Goya.

En las más de 40 piezas procedentes de varias colecciones locales, se muestra, con mucho gusto en la organización del espacio, su trabajo en el campo del arte. En la exposición predominan los autorretratos, y, como no podía ser de otra manera viviendo en la isla a mediados del siglo XX (porque era lo que hacían la gran mayoría de artistas aquí en ese momento), ocupan un lugar totalmente protagonista los paisajes mallorquines, en especial, los acebuches, aunque elaborados con toques surrealistas. Así se puede comprobar en su carpeta “Paisatges i composicions” de 1951, en donde además se puede apreciar la representación de la casa que compró en Camp de Mar en 1949, propiedad anteriormente, por cierto, del ilustrador británico Cecil Aldin.

Vale la pena visitar esta muestra para conocer la particular visión que de la Mallorca de los años 50 tuvo todo un exespía del MI5.

Crítica de arte aparecida originalmente en el Diario de Mallorca el 28 de diciembre de 2020