París, 25 de junio de 2015

Buenas tardes a tod@s,

Como casi recién llegada, y después de mi aventura urbana en la búsqueda de la nueva bohemia parisina como os conté en la última cultupostal,  no puedo sino dedicar esta tercera al descubrimiento de una fotógrafa histórica cuyo trabajo además se ha erigido como una especie de cicerone para darme a conocer no solo el Paris soñado de los años veinte, sino también ese Paris alejado de la fantasía del celuloide, y habitado por obreros de fábrica, vagabundos y prostitutas.

Germaine Krull (Alemania, 1897 – 1985) , fotógrafa pionera en la experimentación y utilización de encuadres particulares y desconocidos hasta el momento, encaja también en la ya tópica expresión de “mujer adelantada a su época”.

Con una educación en la infancia cuanto menos, digamos, poco estricta, Krull desarrolla un carácter a medio camino entre lo lunático y lo caprichoso, que le lleva a interesarse por temáticas convencionalmente y sobre todo a los ojos de su época, “poco femeninas”, como los coches, la velocidad, el retrato de otras mujeres desnudas, las maquinas, y las estructuras metálicas. Esta última temática es precisamente una de las mas conocidas de Krull, quien hace de la Torre Eiffel –en esa época ya convertida en icono francés, lejos del rechazo que provocó en sus inicios entre los parisinos- una de sus modelos fetiche, y de la que toma numerosas fotografías de singulares perspectivas; haciéndola en algunos momentos incluso casi irreconocible.

La exposición de Germaine Krull que actualmente alberga el Jeu de Paume es una buena oportunidad para conocer ese París que no aparece en las postales de los kioscos, pero lleno del encanto que solo el recuerdo de un tiempo lejano inmortalizado por una gran fotógrafa es capaz de otorgar.

Para aquell@s a quienes les vaya un poquito mal acercarse a Paris estos días, dejo un enlace con el que también poder descubrir a esta artista, fotógrafa de las vanguardias, y apodada la “Walkiria de hierro”

http://www.jeudepaume.org/?page=article&idArt=2208

Hasta muy prontito,

Ana