París, 29 de julio 2015
Miércoles 29 de julio de 2015. 8.30h de la mañana. Oficina de la CAF, cerrada sin preaviso.
Resignada al darme de bruces con la burocracia francesa, y decidida a no hacer de mi madrugón un esfuerzo en vano, me he propuesto ir al Jeu de Paume, donde trabajo, a pie, disfrutando de la soleada mañana parisina del tímido verano que esta semana nos visita. Entonces, caminando tranquila y románticamente por las calles del barrio de Dupleix, cerca de La Motte-Picquet, me he topado con una agradable sorpresa. ¡Una exposición al aire libre! Al acercarme a los pilares, convertidos en paneles expositivos urbanos, he deducido la temática de la muestra; hasta 150 obras, una por cada uno de los pilares que rodean el jardín Nicole de HAUTECLOCQUE, concebidas como interpretaciones personales de la Torre Eiffel y su vínculo con la libertad. Entre las propuestas, originales, ocurrentes, históricas, fantásticas e irónicas, estilos de todo tipo; desde pinturas claramente realizadas por pintores profesionales y talleres, hasta otras con factura infantil. Embelesada con la maravillosa idea de esta exposición, titulada “Exposición solidaria”, y fascinada por la inventiva de los participantes, he recorrido el itinerario marcado por los pilares, preguntándome por la naturaleza de la muestra. Lo que en un primer momento me ha parecido una fantástica iniciativa de intervención urbana, rebuscando por Internet documentación e información al respecto, el proyecto ha resultado ser mucho mas complejo y rico y con un impacto socio-cultural importante. Durante cinco años (desde 2009) se ha mantenido esta exposición que nació como una llamada a la participación a los habitantes del barrio de Dupleix (distrito 15); zona con una fuerte inmigración, y sacudida por la violencia callejera y la lucha entre bandas. A la llamada, entonces, respondieron tanto pintores amateurs como profesionales, niños de las escuelas cercanas, jóvenes del barrio, y hasta incluso grandes artistas. El objetivo: fomentar la cohesión social en un barrio heterogéneo culturalmente y traumatizado por diferentes incidentes y acciones violentas, promoviendo la solidaridad, el sentimiento de unión, y la confianza en el futuro. Después del trabajo de más de 200 personas, y contando con el apoyo del ayuntamiento de Paris, el resultado constituye un ejemplo de cómo un barrio deprimido es capaz de recuperar el orgullo y la esperanza a través del arte, promoviendo de paso, la conservación y recuperación del patrimonio degradado, constatando que, hasta hoy, las obras realizadas en el espacio público han sido respetadas por los turbulentos jóvenes del barrio.
En definitiva, “La exposición solidaria” ha permitido, en un barrio de una gran mezcla social, gracias a la cultura y a la expresión artística, crear una solidaridad de proximidad donde la buena convivencia es símbolo de unidad y de cohesión social.
Un saludo y hasta pronto,
Ana
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