Una trepidante marea de colores; eso es lo primero que el visitante vislumbra cuando llega a la Galería MA Arte Contemporáneo. El espectador se siente enseguida atraído ante semejante festival cromático y avanza curioso para ver de cerca los objetos poseedores de tan llamativo envoltorio. De repente, tótems tribales, esculturas africanas y demás piezas grotescas de similar origen se adivinan entre perlas, brazaletes, fajas, tobilleras, extensiones, cuentas y conchas pegadas encima de ellas a modo de collage. ¿La finalidad de tal esperpento? Difícil de esclarecer, pues la intervención de Andrés Planas, el artista responsable de todo esto, parece quedarse puramente en lo estético, en una propuesta llamativa en superficie, pero sin la sutileza y la profundidad de contenido que cabría esperar. Y es que Andrés Planas ha hecho siempre del color, con más o menos fortuna, un señuelo con el que intentar captar la atención del público, erigiéndolo a su vez como estandarte de su personalidad artística. En trabajos recientes como Wunderkammer, innerBooks, o Meditecráneo, también caracterizados por el color y la reutilización de objetos cuotidianos, se puede apreciar algo más de la gracia que se echa en falta en la propuesta actual, menos interesante conceptual y formalmente. En este panteón animista de Planas, elaborado por cierto a partir de objetos que el propio artista ha ido coleccionando en sus viajes a lejanos y exóticos países, no se acaba de entender en qué lugar ha dejado ese pretendido humor del que tanto hace alarde el autor. Merece la pena destacar, sin embargo, el lugar que acoge esta muestra, una pintoresca y original galería de apenas de un año de vida dirigida por la historiadora del arte Marisa Aldeguer, que cuenta en sus salas con sugestivos rinconcitos que potencian el carácter insólito de las exposiciones que organiza. La Galería MA Arte Contemporáneo, ubicada en la calle Temple, es un espacio fresco que ayuda a descentralizar la “hegemónica zona del arte” de Palma, proponiendo un lugar alternativo y cercano donde disfrutar de la cultura.

Crítica publicada originalmente en el Diario de Mallorca el 12 de febrero de 2018