Cuando los dibujos animados no se hacían con un click: Disney en el CaixaForum de Palma

Tuve un profesor de griego en el instituto que tenía una especie de odio exacerbado por Disney. Como estudioso de la mitología griega y de la literatura en general, no soportaba la manera como esta famosísima empresa de animación norteamericana “robaba” las historias universales para tergiversarlas con finalidades perversas, enmascaradas, según él, en un falso candor.

A pesar de todo esto, muchos tenemos una película de Disney. Quiero decir que para la mayoría de las personas hay una película de Disney, una en concreto, que ha marcado especialmente los años de su infancia. Esa película que recordamos con particular cariño: quizá porque fue la primera que fuimos a ver, o porque acudimos al cine con amigos, o porque, sencillamente, el cuento nos maravilló y lo seguimos guardando en algún rincón de nuestro corazón adulto. Nuestros ojos de niñ@s pasaron por alto el análisis profundo de las historias – muchas de ellas con valores más que cuestionables y sexistas-, y se quedaron simplemente fascinados con los personajes, los escenarios fantásticos y, como no, las canciones de las películas. La mía fue Blancanieves y los siete enanitos, porque aunque la película es de 1937, en los 90 la reeditaron en una versión VHS y pude verla y rebobinarla hasta saberme cada escena y diálogo del film.

Ahora el CaixaForum de Palma nos da la oportunidad de reencontrarnos con “nuestra película Disney” en una exposición más pensada para adultos que para niños, aunque éstos sabrán encontrar rincones donde entretenerse a lo largo del recorrido. En la muestra se pueden apreciar los estudios preparatorios, bocetos y secuencias animadas de algunas de las películas más icónicas de Walt Disney. Es realmente precioso ver cómo se hicieron obras maestras de la animación en tiempos aún lejanos a la era digital, así como la minuciosidad de un trabajo encomiable que, a pesar de todo lo dicho, llenó de ilusión a niñ@s de todo el mundo. Además, en la exposición también se proyectan films clásicos, difíciles de encontrar hoy en día, y al final del recorrido, como es habitual en el CaixaForum, hay un espacio educativo donde experimentar con algunos de los contenidos expuestos en la muestra. Hay que valorar el trabajo documental de la exposición aunque, para tratarse de una exposición sobre Disney, se echa en falta algo de magia y alegría a la museografía.

Crítica de arte publicada originalmente en el Diario de Mallorca

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